Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

El Sr. Presidente del Consejo de Ministros (Sagasta): Yo no sé de dónde ha sacado el Sr. Botella la contradicción que ha creído ver entre las palabras del Sr. Ministro de la Guerra y las mías, cuando, en realidad, el Sr. Ministro de la Guerra, con sus frases, ha confirmado las pronunciadas por mí, porque mi tesis era ésta: ?el Sr. Ministro de la Guerra no ha propuesto al Consejo de Ministros la separación del señor director general de infantería?; y yo añadí, ?que si la hubiera propuesto, la Gaceta la habría publicado al día siguiente, porque el Gobierno tiene absoluta confianza en el Sr. Ministro de la Guerra?. Y todavía agregué después: ?no sé cuáles sean los propósitos del señor Ministro de la Guerra, respecto del Sr. Primo de Rivera en sus relaciones de Ministro a director. Si en esas relaciones de Ministro a director, el Ministro de la Guerra cree, no por las opiniones del Sr. Primo de Rivera como Senador, en cuanto a las reformas militares y acerca de otras cuestiones parecidas, sino por algo que sólo afecte a sus relaciones de Ministro a director, que debe proponer al Consejo de Ministros la separación del señor director general de infantería, el Consejo de Ministros la propondrá a S. M. la Reina?. ¿Dónde está, pues, la contradicción entre el Sr. Ministro de la Guerra y el Presidente del Consejo? Por el contrario, unas palabras son confirmación y complemento de las otras.

Por lo demás, también el Sr. Ministro de la Guerra ha dicho bien claro: ?mis propósitos eran separar al señor director de infantería antes de que se supiera que iba a dirigirme una pregunta en el Senado?, hasta el punto de que, según ha indicado después, cedió de sus propósitos y no se los comunicó al Consejo de Ministros, porque el Sr. Primo de Rivera tenía anunciada una pregunta, y el Sr. Ministro de la Guerra no quería que nadie pudiera decir que la separación [2983] era debida a las opiniones del Sr. Primo de Rivera, como Senador (Muy bien, muy bien), sino en todo caso a las relaciones del Ministro con el director general. (El Sr. Botella: Si precisamente la pregunta era sobre eso). Pues para eso era preciso que la pregunta se desenvolviese, a fin de que nadie pudiera creer que la separación del director de infantería obedecía a la pregunta del Sr. Primo de Rivera, como Senador, en uso de su plenísimo derecho. (El Sr. Botella: Entonces, ¿cómo se explica la satisfacción que el Sr. Primo de Rivera dice haber recibido? ?El Sr. Rojo Arias: Cada uno se satisface con lo que quiere). No sé a qué satisfacción se refiere el Sr. Botella; pero actos que no pasan ante el Parlamento, no hay para qué traerlos a él.

Pero además, bien claro ha dicho el Sr. Ministro de la Guerra que sólo la duda de que pudiera creerse que la separación que pensaba proponer al Consejo de Ministros, obedecía al temor de que el Sr. Primo de Rivera, como Senador, viniera a preguntar al Sr. Ministro de la Guerra, y aun a discutir con él, las reformas militares y otra cuestión cualquiera que el Sr. Ministro hubiera traído al Parlamento, dilataba sus propósitos, no dando de ellos cuenta al Consejo. Y ahora, preguntado por el Sr. Primo de Rivera, el Sr. Ministro de la Guerra ha creído más noble, más sincero, más leal al decirle todo su pensamiento, y así lo ha hecho, sin que por esto haya contradicción alguna entre el Sr. Ministro de la Guerra y el Presidente del Consejo. [2984]